Una foto tomada cuando ya no veia sino nubes que brillaban con el sol
Así es, como muchos niños de todo el mundo, tenía tambien un penacho del famoso sueño de ir a disney. Muchos niños lo hacen de pequeños por cualquier situación que sea. Yo tengo un recuerdo vago en el que me prometían ir a U.S.A para el 2007. Hoy, confiezo que en mis 16 años, recién pude visitar este país. Todo comenzo con la invitación de mis tios, que al principio no creía, pero las cosas no siempre son lo que parecen. Recuerdo que mi mamá se angustiaba mucho por el papeleo. Sí, llamaba a mi papá o a mi abuelita (cuyo departamento tambien fue nuestra residencia por 4 ó 5 años) para preguntar por mi partida de nacimiento... en fin, papeleo. El viaje empezó un lunes.
Salí hacia guayaquil un domingo de tarde (el día anterior había tenido una boda), me quede en la casa de mis abuelos. Ahí recibí dinero por parte de mi familia para comprarme cosas en el viaje. Cuando fui a la casa de mis tios, recibí un poco más. Me parece un poco indiscreto decir la cantidad (no quiero comparar la situación económica de ninguna de mis dos familias), pero puedo decirles que nunca en mi vida había tenido tanto dinero en mis manos; que propiamente pueda calificarlo como mío. Esperamos en el aeropuerto con mi primo (que también lo invitaron), hasta que llegó el avión. el viaje fue largo, no se cuantas duró, pero fueron bastantes. En el avión tuvimos televisión y comida. La comida de avión es toda ya elaborada, la ensalada en una tarrina, una lata de cola o jugo en lata, y condimentos como vinagre en sachets. Fueron dos viajes, el primero hacia Miami y el otro hacia Orlando. Llegamos de noche al hotel, bajamos las maletas.Y fuimos a comer a Wendy's (una de las mejores hamburguesas que he probado), acompañado de Dr. Peppers (así mismo una de las mejores colas que he probado). Y yo me tomé mi pastilla ;para los que se preguntaban que podía ser el álien en mi estómago; sí eran parasitos. Después con mi primo bajamos de noche a explorar el hotel, y mi tío bajó cabreado a decirnos que ya durmieramos. Y para esto obviamente que era la una o dos de la mañana.
Martes: Fuimos a Sea World, todavía de mañana y sin desayunar. A lo primero que subimos fue a Manta; una montaña rusa recientemente hecha donde practicamente vas acostado.
Era la primera vez en mi vida que subía a una montaña rusa. Es exactamente como me imaginaba que fuera la escena. El vagón subiendo lentamente por el carril, viendo cada vez más lo lejos que estabas de el piso. Al momento de bajar, sentí una sensación exorbitante de vertigo incomparable. Lo peor es qué, estas montañas a pesar de estar hechas con mucha presicion, no te quitan la sensación de que te vas a chocar con el piso o alguna pared. Al final bajamos y tomamos un descanso.
La siguiente montaña fue Kraken, considerada por muchos como la peor de las montañas rusas en orlando. Tras esperar una larga cola, tomamos los asientos del medio. Al lleguar al tope pensé en gritar por un segundo, pero ese no era yo; en todo caso un alter-ego de Peter Strenge menos prudente y discreto. Despues de la bajada; la cual sí me aceleró el corazón, no pude evitar moldear una sonrisa en mis comisuras de los labios.
De ahí fuimos a medusa, que era un poco infantil a mi parecer, y donde me resultaba imposible salir seco. No era lo que yo esperaba, excepto la caída. Las caídas casi siempre reparan una montaña rusa.
Para el final del parque, fuimos a ver a Shamu. Nunca pude siquiera imaginarme como le hacían para amaestrar a las ballenas. Y mi primo y yo en las primeras filas, para salir después mojados por las ballenas. Fué un espectáculo hermoso a pesar de todo; sobre como un hombre y un animal pueden entenderse, a su manera claro está. Fuimos en la noche a cenar a Denny's. Para resumir la cena; simplemente no me gustó la actitud del mesero.